La Educación Especial, es el conjunto de acciones de índole pedagógico, tendientes a desarrollar en los niños, jóvenes y adultos con alguna discapacidad, habilidades y competencias a través de estrategias individualizadas y adaptadas a la realidad de cada persona.
Para alcanzar los diferentes aprendizajes, la persona que requiere atención educativa especializada, a su vez necesita el apoyo de otras disciplinas como la Medicina, la Psicología, la Pedagogía, entre otras. Sin embargo, existe una disciplina que es inseparable de la Educación Especial: La Psiconeurologìa.
En este sentido, se puede afirmar que la Psiconeurologìa es una neurociencia que estudia las relaciones
entre el cerebro y la conducta, tanto en sujetos sanos como en
quienes han sufrido algún tipo de daño cerebral (Kolb y Whishaw,
2003; Rains, 2003).
En el aula de Educación Especial, esta disciplina es aplicada principalmente para fines de diagnostico, ya que para poder llevar a cabo el abordaje pedagógico de una persona con necesidades educativas especiales, es necesario conocer si existe alguna lesión cerebral o alteración neurológica que interfiera en el proceso de enseñanza - aprendizaje y asì desarrollar las acciones necesarias para el tratamiento e intervención de la persona de manera temprana y evitar daños o deterioros mayores.
A traves de la Psiconeurologìa, antes de los seis años existen indicadores de riesgo de disfunción cerebral,
que pueden alertar sobre la conveniencia de una intervención neuropsicológica
más específica:
- Retraso en la adquisición del lenguaje
- Trastornos atencionales
- Retraso psicomotor y dispraxia
- Trastorno en la definición de la lateralidad
∙
- Deficiente orientación espacial
∙
- Hiperactividad
∙
- Dificultad para articular sonidos
∙
- Dificultad para establecer adecuadamente asociación sonido-letra
∙
- Ausencia de conciencia fonémica
∙
- Pobre capacidad para dibujar
∙
Trastornos conductuales
∙
- Presencia de antecedentes familiares de dificultades de
aprendizaje
Fin educativo: no sólo se refiere a los escolares con algún tipo de disfunción
cerebral, sino también a los que no presentan problemas de conducta
ni rendimiento deficitario, con el fin de conocer mejor sus posibilidades
educativas y aprovecharlas al máximo.
La evaluación neuropsicológica del daño cerebral en niños no excluye
la posibilidad de realizar un diagnóstico en los que no tienen lesión o
disfunción clara, pero presentan signos de inmadurez o alteraciones instrumentales
en sus aprendizajes.
El aporte de la neuropsicología infantil a la educación
La educación especial ha cambiado en las últimas décadas. Ha transitado
de específica –basada en la idea del déficit y diseñada especialmente
para el sujeto deficiente y discapacitado en edad escolar– a comprensiva
e integradora –basada en la noción de necesidad educativa especial–.
Ésta indica que el niño con algún problema de aprendizaje a lo largo de
su escolaridad requiere una atención educativa diferente y más recursos
que sus compañeros de igual edad. Con el fin de dar respuesta a la diversidad,
a las diferencias individuales y a las necesidades educativas
de los alumnos, se propone la enseñanza adaptativa; aquí, el nexo con la
neuropsicología infantil resulta de vital importancia y brinda la posibilidad
de precisar los apoyos que requieren los niños para una escolaridad
exitosa. El término “niños con necesidades educativas especiales” (nee)
es un constructo teórico-pedagógico utilizado para apoyar la atención de
infantes con dificultades de aprendizaje en un modelo de intervención
estrictamente educativo. Su carácter interactivo significa un avance substancial
en el campo epistemológico y en el pedagógico; representa la más
clara concreción de los ideales de una escuela para todos. El concepto de
nee no excluye ni intenta sustituir, y menos negar, la terminología clínica
de las diferentes discapacidades.
El aprendizaje escolar constituye un proceso complejo y sobre él pueden
influir diversos factores, entre ellos: el nivel de preparación del niño
para la escuela durante su paso por el jardín de infantes; el grado adecuado
de formación del interés hacia los estudios escolares; los conocimientos
y las habilidades generales y particulares del niño; y sus contactos y la
comunicación con pares y adultos.
Fuente: http://www.redalyc.org/pdf/802/80212412011.pdf
Profa. Leidy Hernàndez,
Docente Especialista.
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